jueves, 3 de marzo de 2016

MUJERES EXILIADAS



Victoria Kent Siano
Primera mujer abogada.
(Málaga 3 de marzo de ¿1889? Nueva York, 22 de septiembre de 1987)
Provenía de orígenes humildes. Victoria era hija de un sastre malagueño y su madre se dedicaba como la inmensa mayoría de las mujeres de la época a las labores del hogar.
 La pequeña Victoria era ya de niña voluntariosa y tan tenaz que impondría a sus progenitores sus determinaciones. Así se negó a temprana edad a asistir a la escuela, por lo que fue su madre quien la enseñaría a leer y escribir.

A los 14 años ingresó en la Escuela Normal y terminados los dos cursos del grado Elemental se examinó de Reválida obteniendo el título de Maestra de Enseñanza Elemental. Con 19 años cumplidos se graduó de Maestra de Enseñanza Superior comenzando después a estudiar bachillerato en el Instituto.
Vivió en Málaga hasta 1920, dada su gran atracción por los estudios, ese año se marchó a Madrid a estudiar en la Facultad de Derecho de la Universidad Central, donde cursa la carrera como alumna no oficial hasta su licenciatura en junio de 1924 y se hospeda en la Residencia de Estudiantes para señoritas que entonces dirigía María de Maeztu. Era la única estudiante de Derecho en el Centro y desde siempre se sintió atraída por la docencia llegando a colaborar como profesora en el Instituto-Escuela de Segunda Enseñanza.

Fue igualmente la primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados de Madrid en 1925 , en plena dictadura de Primo de Rivera y asumió la defensa de Álvaro de Albornoz (miembro del Comité Revolucionario Republicano) ante el Tribunal Supremo de Guerra que le juzgó en 1930 por firmar un manifiesto republicano (fue la primera mujer del mundo que ejerció como abogada ante un tribunal militar) consiguiendo la absolución de su defendido.
Tras proclamarse la Segunda República (1931) se presentó a las elecciones por el Partido Radical Socialista y obtuvo un escaño de diputada en las Cortes constituyentes. El gobierno de Azaña le nombró directora general de Prisiones (1931-34), cargo desde el cual introdujo reformas para humanizar el sistema penitenciario: mejora de la alimentación de los reclusos, libertad de culto en las prisiones, ampliación de los permisos por razones familiares, creación de un cuerpo femenino de funcionarias de prisiones.





Cuando se proclamó la República, el 14 de abril de 1931,Victoria vivió uno de los momentos más felices de su vida.
Paradójicamente, a pesar de sus convicciones democráticas y feministas, Victoria Kent se opuso al sufragio femenino.
Este tema del derecho al voto es algo eternamente discutido y en relación a ello se la ha llegado a considerar la oveja negra.
Pero su discurso tenía su lógica: Muchas de las mujeres de aquel entonces (a excepción de las convencidas de izquierdas o comunistas y políticamente comprometidas en general) pasaban de la política, y como buenas cristianas obedecían primero a su esposo y después al cura.

Kent prefería educar primero a las mujeres y otorgarles el voto después, para que eligieran libremente y con conocimiento de causa a quien votar. No estaba nada mal planteado, es una petición tradicionalmente feminista, el luchar por la educación de las mujeres: SU PLAN IBA MUCHO MÁS ALLÁ:
 MUJERES EDUCADAS=MUJERES EMPODERADAS.    
Clara Campoamor saldría victoriosa pero Victoria demostraría que no sólo era una gran abogada sino que sabía defender sus ideas con convicción. 
El prestigio de  Victoria impresionó al presidente Alcalá Zamora  el cual la telefoneó y le propuso un cargo tan relevante como complejo: Victoria es nombrada directora general de Prisiones. Este cargo le supuso bastante satisfacción y años después afirmaría: 'Fue la tarea más importante de mi vida’
Movida por sus ideales humanitarios, Victoria emprende una ingente tarea, decidida a continuar la labor de su predecesora Concepción Arenal, con un claro objetivo: pugnar por una reforma penitenciaria revolucionaria.
Victoria defendió con tesón la reinserción social de los presos y presas. Sus decretos alcanzaron perfiles inéditos en España y Europa, adelantándose veinte años a los países nórdicos. Entre otros destacan la eliminación de cadenas y grilletes, el derecho a leer la prensa, libertad de asistencia a los actos religiosos, permisos de salida, incremento de la ración alimentaria o la creación de talleres de trabajo...
Pero algunas de sus reformas no son aceptadas por los poderes fácticos del momento y se ve obligada a dimitir de su cargo tan solo tres meses después de su nombramiento.
 La iglesia, la banca y los militares se opusieron, Grande fue la presión pero Azaña  disuadió a Kent de continuar en el cargo.
El alzamiento del 18 de julio la lleva a la sierra de Madrid, donde la valiente y arrojada Victoria no duda en acudir a aprovisionar a los combatientes.
Tras la guerra, habiendo prestado apoyo a la causa republicana se ve obligada a exiliarse en París.
De allí viajará a México donde imparte clases de Derecho Penal y funda y dirige la Escuela de Capacitación para el personal de prisiones. En 1950 la ONU descubre su talento y Victoria entra a formar parte de la Sección de Defensa Social.
En Nueva York, a los 62 años conoce a Louise Crane, una millonaria americana con la que traba una estrecha e íntima amistad, y cuyo respaldo financiero le permite  fundar la histórica revista Iberia por la Libertad, junto a Salvador Madariaga. Editada en inglés y castellano, la publicación pretende actuar como un órgano de información en el exilio. Victoria estará al frente de la misma hasta la muerte de Franco en 1975.
Vuelve a España el 11 de octubre de 1977 tras 38 años en el exilio, haciendo de sus palabras un hecho: ‘Yo no tengo otra pasión que España, pero no regresaré a ella mientras no exista una auténtica libertad de opinión y de asociación’

Fallece en Nueva York a los noventa años.
Fuentes:
Wikipedia,sinalefa5.wordpress.com/ y otras webs de internet.

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